La Familia Mardiggan, una familia de ricos comerciantes que vivian en el Cruce de Corin en las Tierras del Este, en el Reino de Lordaeron, era una de las familias más prosperas de la región y tenían muchos contactos con la nobleza lordaenesa y una íntima amistad con la Familia de la Casa Barov, una de las familias nobles más importantes de Lordaeron.
El matrimonio compuesto por Sûzu Mardiggan y Jean Mardiggan, tuvieron un único hijo varón al que llamaron Mauregato, por el padre de el Sr. Mardiggan. El pequeño Mauregato siempre tuvo gran fascinación y devoción por los Defensores de la Luz Sagrada, y tenía montones de libros de caballería y referidos a la Luz Sagrada, se pasaba las tardes leyendo esos libros, y jugando con su espada de madera, mientras su madre una mujer alta de cabellos morenos y ojos azules apuntaba en los libros de cuentas.
El joven Mauregato fue creciendo, y animado por su padre se unió a la orden de paladines de la Mano de Plata con la edad de once años, empezando desde el rango más bajo, puesto que él no queria privilegios, por ser de familia rica.
Su madre al principio estaba muy preocupada y se pasaba los días llorando pensando en cómo estaría su pequeño, pensando que lo podrian trata como una mula de carga o algo peor, pero lo que no sabía es que los paladines no son rudos guerreros, sin compasión, ni sentimientos, los paladines eran respetuosos con sus semejantes, siempre dispuestos ayudar al débil, y a enseñar todo lo que saben. El padre de Muregato consolaba a la madre de este diciendo:
Tranquila querida, estará bien,algún día volverá hecho un gran caballero y lo podremos casar al fin con la hija pequeña de los Barov, tal y como habiamos acordado hace mucho.
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